Para que actúe el electroimán solo es necesario un aporte eléctrico. Así que aprovechamos directamente la energía eléctrica de origen, evitando así las pérdidas originadas en la producción de aire comprimido que necesitan para pinzas neumáticas.
En comparación con las pinzas neumáticas, el electroimán TRP consume menos energía, tanto menos cuanto mayor nº de operaciones de agarre se realizan y menor es el tiempo de agarre. Por tanto… ¡Menos costes!
Porque la geometría del electroimán puede mecanizarse para adaptarse a la forma de la pieza que se quiere desplazar, adoptando así múltiples formas.
Por tanto, más posibilidades ante cualquier tipo de componente a trasladar.
¡Más usos!
Gracias al campo magnético del electroimán TRP, la retención de las piezas puede realizarse por cualquiera de sus zonas. No necesitamos zonas particulares de agarre (extremos, salientes, agujeros,…).
Por tanto, más seguridad en el anclaje ante la posibilidad de establecer múltiples puntos de contacto. Más fiabilidad en la transferización de piezas de cualquier morfología (superficies planas, irregulares, tubos, etc).
Gracias a la adaptabilidad de la geometría del electroimán, aumenta las posibilidades de acceso a zonas complicadas, sin riesgo de colisión.
El electroimán no necesita ningún elemento mecánico que abra o cierre como en el caso de las pinzas neumáticas. Así, evitamos que el dispositivo ocupe más espacio en algún momento de su desplazamiento y acción.
Por tanto, menos riesgo de colisión. ¡Más posibilidades de acceso!